Es probable que a veces suceda, que, cuando uno quiere explicar lo que tan claramente habita su inquieta mente, cometa el error de no decirlo bien, o no expresarse correctamente.
Esto es debido única y exclusivamente, al afán humano de querer decirlo todo y no poder decir nada; abarcamos demasiado con la mente y con la imaginación, pero el verbo suele ser mucho más restringido y limitado de lo que esperamos. No hay tarea más dura que la de hacerse entender, puesto que has de seleccionar bien las palabras para hacerlo y dar con alguien que las conozca en su misma acepción que la que tú quisiste usar, lo cual es relativamente frustrante y acarrea discusiones tan lógicas como ilógicas (a partes iguales).
Y ya lo dejo...porque esto tiene los pies donde la cabeza...¿o al revés?