jueves, 21 de octubre de 2010

Borregos.
Caminando hacia el mismo lugar, a la misma hora, por el mismo pasillo. El eco de las palabras ya desapareció. Silencio y gente.
Borregos.
Miradas cruzadas, o enfrentadas. Los que vienen, por los que van. Se miran, se ignoran. Sabiendo que tienen en común más que una mirada respondida.
Imbéciles.
Pensaís en la posibilidad libre de poder huir tan solo un día de una absurda e infundida rutina. Huir de la vida. Semana tras semana. Día tras día.
Imbéciles.
Que siempre caminan sin saber por qué, ni tan siquiera para qué. Que ven pasar el tiempo sin variación alguna.
El mismo sitio. La misma hora. La misma gente.
Los pasos vacíos de motivos pero firmes se suceden.

Y nadie se para a pensar que lo que realmente se necesita en ese momento es chillar.

miércoles, 20 de octubre de 2010

...

He aprendido a conocer a la gente y a tratarla. A no depender de ella, y a descubrir aquello más profundo que mueve sus vidas en relación con los demás. Y por eso he sabido que no hay nadie más igual a mí.
Hoy sé que hay que compartir lo justo, y sin embargo, parecer entregarlo todo. Es importante crear una imagen al resto, para evitar que se propasen o que se tomen la libertad de adentrarse allí donde las cosas no se pueden compartir con cualquiera. Esas cosas que nunca importan. He comprendido lo importante que es estar solo, y lo necesario que se vuelve a veces. Sobretodo cuando nadie para estar a la altura...


...y suele ser a menudo.

martes, 5 de octubre de 2010

“Fíjate en ti.
No lo digo con ánimo de desprecio, pero fíjate bien.
El material del que estáis hechos es blando y su energía
depende de la oxidación ineficiente de la materia orgánica.
Entráis cada noche en un estado de coma y soñáis,
¿pero de que sirven los sueños si casi nunca se cumplen?
Pensáis, es cierto, pero os equivocáis frecuentemente
y a la menor variación externa perdéis vuestra eficacia.
Sois alterables, sois imperfectos.
En cambio yo[...]''