lunes, 22 de noviembre de 2010

Algunas situaciones que crean ciertos estados de ansiedad, solamente pueden resolverse de una manera.
Es probable que creyeras que tus actos o tus palabras no fueran a resultar de esa forma para el resto. Quizá actuaste de una determinada manera y el prójimo se lo tomó con un singificado negativo que para tí no habría existido jamás.
Dependemos demasiado del resto, y no hay manera de liberación por la simple definición humana. Soy y seré animal social. Con todo lo que ello conlleva.
Y cada vez estoy más harta de ello.



.....mierda.....

viernes, 19 de noviembre de 2010

A veces estaría bien poder cambiar de aires totalmente. Despertar un día y que todo fuese distinto.
Aquellos a los que amabas, serían aquellos a los que odiar. Y los que antes eran amigos, se convertirán en desconocidos. Y al revés...

Sólo me gustaría poder conservar algo del presente invaribale. El resto, lo cambiaría todo.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Quasi-Ensayo antropológico

Hay gente que viene, y gente que va. Solemos estar tan ocupados que nunca sabemos si vamos o venimos. Gente a la que mirar, y gente a la que observar.
Siempre hay personas superfluas, de mentes y actitudes triviales. Que parecen no tener más fondo del observable a simple vista. Carentes de empatía, superficiales y realmente prescindibles.
Y sin embargo, son felices.

Pero hay otro tipo de gente. Personas buenas. Almas que no entienden de odios. Ni de rencor.
Una vida pura, cálida, transparente.
Y sin embargo, existe.

martes, 16 de noviembre de 2010

variaciones

Hoy era un buen día para escribir.

Últimamente la desmotivación avanza arrasando cualquier ápice de esperanza a su paso. Desde allí ya no se ve esa luz que hace años lo bañaba todo...
La vida no era tal y como la contaban. Hay demasiados esfuerzos, hay demasiados fracasos que exigen demasiados intentos. La realidad cambiante no existía, y, sin embargo, la batalla entre la lucidez y la ceguera pesudosocial se recrudecía.
Entonces alguién chilló. Y al mismo tiempo, algo dentro suya chilló.Pero nadie hizo caso.
Con un pie fuera no se puede vivir. De nada sirve renegar; no hay escapatoria.No hay nada que pueda ayudar a frenar la inmensa desazón que, en ocasiones, causa el existir.
Dejándose llevar, así se vio. Así se sintió.
Y no había sido más que un buen día para escribir, transformado en un mal día, incluso, para vivir.