sábado, 26 de diciembre de 2009

Pereza


La pereza es la falta de estímulo, de deseo, de voluntad para atender a lo necesario e incluso para realizar actividades creativas o de cualquier índole. Es una congelación de la voluntad, el abandono de nuestra condición de seres activos y emprendedores. Un viejo cuento narra cómo un padre luchaba contra la pereza de su hijo pequeño que no quería nunca madrugar. Un día llegó muy temprano por la mañana, lo despertó, el chico estaba tapado en la cama, y le dijo: "Mira, por haberme levantado temprano he encontrado esta cartera llena de dinero en el camino. El chico tapándose le contestó "más madrugó el que la perdió". La pereza siempre encuentra excusas.


Es perezoso quien renuncia a sus deberes con la sociedad, con la ciudadanía, quien abandona su propia formación cultural. La persona que nunca tiene tiempo para leer un libro, para ver una película, para escuchar un concierto, para prestar atención a una puesta de sol. Aquel que tiene pereza de convertirse en más humano.
[...]
En la Antigüedad, lo que se oponía a la pereza era la actividad, no el trabajo. Para un griego el trabajo era cosa de esclavos. Pero nunca hubiese dicho que era mejor la inactividad. Aristóteles se hubiera horrorizado de saber que tendría que trabajar, pero también se hubiese escandalizado de saber que la pereza le impediría ponerse a pensar.
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El antídoto contra la pereza es la voluntad y muchas veces la conciencia de la necesidad.


FERNANDO SAVATER

1 comentario:

  1. " La pereza es un plato que se sirve frio".

    Ya desde Sófocles, todos aquellos que caían en la pereza se despertaban tarde. Normalmente, arruinados por la resaca, para cuando se levantaban, eran ya pasadas las cuatro e invariablemente tenían la comida fría. Tan fría, que no fue hasta la invención del microondas cuando la frase de la pereza transmutó al perder su sentido original, pues ya no había motivos para no recalentarse cualquier alimento. Pasó pués "la venganza" a ocupar dicho lugar al levantarse Hemin-guay topedo y decirle su hija que la manduca la metiera en el micro. Hemin-guay metio el caldero incluido y naturalmente explotó todo, pasandose desde ese momento a la expresión "La venganza es un plato que se sirve frio" ;ya que el plato preparado era Venado en salsa de Bragança al aroma de eneldo. El resto ya lo saben ustedes.

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