domingo, 8 de enero de 2012

Libro de los sueños

He descubireto algo interesante, buceando en mí misma. No podía ser de otra manera.
Nos empeñamos en utilizar manuales de todo (libros, documentos, escritos, leyes, informaciones...) para dar sentido a nuestra propia existencia. Desde descifrar los misterios de la humanidad (Historia) o aprender algo sobre nuestra composición (Física/Química/Biología) a intentar averiguar para qué estamos aquí y si tenemos o no un destino (Filosofía, Psicología) , pasando cómo no, por todas las demás -inservibles- pseudociencias, como la Social y la Política.
A mi juicio, que no deja nunca de ser únicamente una perspectiva, no existe más que UNA ''ciencia'' que lo engloba todo. Y a pesar de ello, seguimos empeñados en crear miles a raíz de ésta.

Sigamos por este sendero, que parece que trae traca. Dualidad, nuevamente: Nosotros y el Universo. No sé si por evolución o por necesidad -misma cosa, distinto nombre-, el ser humano se ve forzado día a día a cuestionarse las situaciones de su vida. No digo que esto sea malo, jamás el regalo de pensar fue una desgracia, pero si que es importante recalcar que quizá estemos pensando continuamente mal.
En la primera de las dos grandes separaciones que he expuesto, encontramos tal diversidad de mentes, de sentimientos, de conocimientos, de situaciones, de vidas... que partiendo solamente de esto, considero imposible que haya una sola manera (Ciencia) para entendernos y entender al otro gran Bloque: El Mundo.
En la entrada anterior, se sugirió la idea de que podemos ser parte de ese mundo de una manera que hoy en día no comprendemos; que puede que esté vivo, como lo estamos nosotros, y por tanto, puede a su vez, que tenga una consciencia.

Hoy en día, estamos bastante bien aislados de todo eso. Se nos impone como obligación sacar buenas notas para poder entrar con un gran cartelón de Bienvenida en el mundo de todos. Pero, ¿y si el Mundo fuese individual? Estamos muy empeñados en aprender al dedillo y vomitar todos esos conocimientos derivados de la nada. Al fin y el cabo, cada conocimiento que se nos impone como cierto, no es más que la visión subjetiva de un individuo. Esa visión se oficializa y se da a conocer (premiándose en ocasiones con premios tan controvertidos como los Nobel), y no sólo eso, se hace Verdad, para todos.

El verdadero reto es encontrar otra forma de verlo. No está tan lejos. Realmente, somos lo que conocemos. Por lo tanto, el reto es conocerse. Ya que visto lo visto, al mundo y sus verdades parece que ya las requeteconocemos, hasta el punto en que podemos tachar a alguien de insulso, cateto, o poco alfabetizado si se nos contradicen.
Igual que no se puede asegurar que el cielo sea azul, ni que la nieve sea sólida, entonces, no se puede asegurar nada. Tampoco podemos demostrar todo esto y creo que, probablemente, nisiquiera estamos aquí para ello-¡cómo se lamentarían los científicos y demás estudiosos!-. Si entendiésemos esto, si la visión cambiase, habría un ápice de libertad semi-absoluta (únicamente gobernada por una entidad Natural), y nuestra regulación interna sería nuestro quebradero de cabeza más complejo (y aún así, seguiría semi-controlado desde fuera). Vamos, que no habría ni por qué ni de qué preocuparse. Al menos, nada en comparación con las preocupaciones, obligaciones, deberes y sometimientos que aquí sentimos.

He descubierto que las verdaderas enseñanzas las traemos 'de fábrica', y van impregnando el ADN, y con él, todo nuestro ser. El resto, me sobra. Por eso, mirando un poco dentro, hoy he encontrado mi propia respuesta individual. ¿Para qué? Para mí misma. No podía ser de otra manera. ¡Qué felicidad!




Estoy harta de no poder expresar nunca bien lo que quiero decir. Releo y no saco conclusiones, porque lo que siento al decir todo eso, no se explica con una palabra, por muy rebuscada que se halle. Me fatiga la mente y me tambalea el alma cuando tengo que dar explicaciones (orales o escritas). Mis disculpas.

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